La incorporación de nuevas tecnologías en el sector de la infraestructura de transporte está transformando la movilidad carretera en el país. Hoy, la innovación cumple un papel fundamental en la creación de alternativas para construir caminos más seguros y eficientes. Los proyectos que automatizan procesos con tecnología a distancia pueden reproducirse en diversas carreteras del país, lo que impactará positivamente a los usuarios de las vías.
Las soluciones de movilidad deben responder a las necesidades de desplazamiento del futuro y a la evolución de las economías. Dado que el 67% del transporte de carga en México se realiza a través de carreteras y que el 90% de los pasajeros utiliza este medio para desplazarse (Canacar, 2021), la operación de la infraestructura carretera es un componente esencial para impulsar la conectividad entre regiones, siempre con el usuario en el centro de las decisiones y aprovechando los beneficios de la innovación tecnológica.
Un estudio (McKinsey, 2024) reveló que 20% de las empresas ya están trabajando en productos o servicios relacionados con las tendencias tecnológicas que están configurando el sector de la movilidad.
La innovación digital es crucial para mantener la excelencia en la operación de las vías. Las empresas que han adoptado tecnologías de gestión y análisis de datos experimentaron un aumento en la satisfacción del cliente. Este es hoy uno de los pilares fundamentales para crear interacciones exitosas, ya que este enfoque permite tomar decisiones estratégicas sobre los tramos carreteros y caminos clave para los desplazamientos. Además, el 60% ha logrado mejoras notables en eficiencia y productividad, con ahorros de hasta 321,000 millones de pesos en costos operativos no relacionados con el personal (PR Newswire, 2022).
En México se han diseñado proyectos que digitalizan y automatizan procesos con tecnología a distancia para mejorar la seguridad y ofrecer un servicio de excelencia a los usuarios (Customer Experience, CX). Por ejemplo, en el caso de la autopista con mayor tráfico interurbano del país –más 320,000 cruces diarios: 78% ligeros y 22% pesados–, existen varios desarrollos tecnológicos implementados que han resultado muy exitosos y que, sin lugar a duda, sirven como inspiración para replicarse en otras vías del país y permitir a los usuarios viajes cómodos, ágiles y sobre todo seguros.
En la amplia red de carreteras del país se aplican estos mismos estándares: en vías como el distribuidor elevado que forma parte del eje carretero nacional México-Chiapas y en otra más extensa que conecta la capital de Puebla con el Puerto de Veracruz y utiliza señalización inteligente para informar sobre las condiciones de la vía, el flujo vehicular y la seguridad vial. Las autopistas urbanas no son la excepción en el uso de herramientas tecnológicas. Con una de ellas se reducen en 50% los tiempos de traslado desde la Ciudad de México para unir el sur con el poniente y enlazar con las autopistas a Querétaro, Toluca y Cuernavaca.

Datos e inteligencia para una movilidad segura Para contribuir a mejorar la movilidad de los usuarios mientras circulan por las distintas autopistas, hay herramientas tecnológicas que han demostrado su eficiencia para incrementar la seguridad y agilizar los tiempos de respuesta. Algunos de ellos se enumeran en seguida.
Gestor de incidencias El GIN es un software que optimiza los protocolos de asistencia y que mide el tiempo que toma notificar a los servicios de emergencia y, posteriormente, su tiempo de arribo para atender cualquier incidente vial. Esta herramienta consta de dos elementos complementarios: un programa para uso de escritorio, que incluye una aplicación web que centraliza el acceso y la difusión de toda la información relativa a incidencias, y una aplicación para dispositivos móviles, dirigida a los responsables de las patrullas y equipo operativo de las concesiones. Este permite visualizar la geolocalización y dinamiza la comunicación de las incidencias y la actualización de la información en tiempo real. Accediendo al GIN, los operadores eligen la categoría que atenderán, ya sea de auxilio vial o atención de incidencias en el panel principal de atención y gestión de incidencias. Este muestra un panel con las siguientes categorías:
- Sección de preincidencias, en la cual el oficial de auxilio vial levanta el reporte desde su dispositivo, colocando: tramo, kilómetro, sentido y recursos necesarios, como ambulancias, grúas, policía, ajustador de seguros, etc.
- Sección de incidencias: en esta, el centro de control activa el protocolo correspondiente (accidente, incidente o informativo) para dar inicio a la acción adecuada.
- Sección de ubicación y detalle (que incluye fecha y hora, origen y descripción).
Una vez iniciado el protocolo, la incidencia pasa a la etapa de publicación, donde los operadores del centro de control notifican a los servicios de emergencia que acudirán a brindar el auxilio vial. Luego del arribo de los servicios de emergencia, se comienza la etapa de monitoreo, en la cual el oficial de auxilio vial registra la llegada de los servicios y sus datos generales. En la tercera etapa, el oficial de auxilio vial completa los datos de la incidencia.
Finalmente, el operador de centro de control debe validar que toda la información se encuentre registrada correctamente para poder cerrar la incidencia en el sistema. Además, a través de este software se analiza la información recabada, con objeto de mejorar los protocolos y tiempos de respuesta, y de esta manera ofrecer una mejor experiencia al usuario.
Sistema de monitoreo vial automatizado El Simova es una plataforma (figura 1) que tiene como objetivo prevenir accidentes a través del monitoreo de la velocidad de los vehículos que transitan por las vías. Esta solución combina el uso de datos y tecnología disponible (Google Cloud Platform, librerías de Python, librerías de Microsoft Teams y Azure) y se orienta al monitoreo automático de tramos de la autopista con acumulación de aforo vehicular, verificando cada 10 minutos la velocidad de circulación en segmentos de 4 km. Se emplea un mapa que emite alertas diferenciadas por colores para identificar desplazamientos por encima (80-110 km/h) o por debajo del rango habitual de velocidad (60 km/h). Con esto se activan protocolos para verificar el motivo de los cambios de velocidad y mitigar el riesgo de que suceda un accidente a lo largo de las autopistas.
Nota original publicada en ISSUU