Contenido
Por Rubén López Barrera, CEO Aleatica México
El sector de la movilidad experimenta una transformación radical que marcará el desarrollo del siglo XXI.
Debido a la transición energética, hoy somos testigos de vehículos alimentados por diferentes fuentes de energía, como la eléctrica, basada en motores de baterías o en hidrógeno.
¿Qué pasa con el sector de la infraestructura vial?
Ya que el sector automotriz está innovándose, ¿qué pasa con la infraestructura vial? ¿Está listo para recibir este tipo de vehículos y garantizar traslados autónomos y seguros?
Uno de los principales retos que enfrentan los vehículos eléctricos es la falta de puntos de recarga tanto en las carreteras como en las ciudades.
Hay regiones o países que no sólo innovan, también invierten para transformar su infraestructura vial.
Vehículos eléctricos
A finales de 2017, China inauguró una autopista solar de 1 km en Jinan al sur de Pekín, la cual recarga vehículos eléctricos y genera energía para las comunidades aledañas.
Otro ejemplo, son las carreteras de carga automatizada que por medio de la inducción recargan a los vehículos eléctricos mientras viajan.
El caso más reciente es el polígono de un kilómetro de longitud, construido en la autopista Brebemi de Aleatica, que conecta la región de Lombardía, al norte de Italia.
China nos ha demostrado su potencial con el despliegue de 2,2 millones de estaciones de recarga, mientras que 18 estados miembros de la Unión Europa (UE) cuentan ya con 5 puntos de recarga por cada 100 km2.
En el continente americano, provincias como Quebec, en Canadá, lideran no solo la transición al uso de vehículos eléctricos (más de 100,000 circulando ya por sus carreteras), sino también con 3,000 estaciones de carga.
EE.UU. no se está quedando atrás y, recientemente, los Departamentos de Transporte y de Energía, anunciaron una inversión conjunta por $5 billones de dólares para construir una red nacional de estaciones de carga que permitirá mayor accesibilidad para los autos eléctricos.
Retos
Además de establecer la infraestructura vial para hacer posible el uso masivo de estos vehículos, el otro reto consiste en lograr que las estaciones de recarga sean accesibles y con precios equitativos para todas las comunidades.
Tanto los gobiernos, como el sector privado y los inversionistas deben considerar estos factores para mejorar en calidad y cuantía de la infraestructura vial para todo tipo de vehículos eléctricos, incluyendo los de hidrógeno.
Igualmente, deben contemplarse las características y necesidades específicas según el tipo de vehículo (pesado o ligero).
Abordar estos desafíos requiere:
- Un proceso complejo para empatar las nuevas tecnologías con el desarrollo de infraestructura vial para la transmisión de energía.
- Que los nuevos vehículos tengan la capacidad de viajar de manera autónoma y segura.
Es necesario incrementar el acceso a energías renovables con el desarrollo de nuevas tecnologías, así como crear la infraestructura de transmisión y seguridad vial. Todo conjugado, requerirá de inversión y una planeación cuidadosa.
Descarbonización
Cuando el 20% de las emisiones actuales mundiales de CO2 provienen del sector transporte, no queda otra opción que tomar decisiones más agresivas para su descarbonización.
Reducir en un 45% las emisiones de carbono para 2030 y cumplir el objetivo del cero neto para 2050, compromiso impulsado por la ONU, reta al sector automotriz y de infraestructura vial a innovar.
Un plan con miras al futuro, los recursos financieros, y la promoción de cambios internos en toda la cadena de valor del sector relacionado con la movilidad, son claves para no retrasar esta transformación.
El desarrollo y la competitividad de regiones enteras dependerá de las decisiones que hoy se tomen y el financiamiento que se proporcione para lograr una movilidad segura y sostenible.