El Sol de México: Opinión de Marco Frías, de AMCIV / Inversiones mixtas: mecanismo inteligente

Nota original publicada en El Sol de México

A lo largo del tiempo y en muchos lugares, las inversiones mixtas o asociaciones público-privadas han demostrado ser un instrumento eficiente y transparente para desarrollar proyectos de gran envergadura sin la necesidad de presupuesto público ni generar deuda para los gobiernos.

Un aspecto igualmente fundamental, aunque menos difundido, es que estos mecanismos permiten a los gobiernos destinar recursos públicos que serían utilizados para el mantenimiento de las carreteras, a otras prioridades como educación, salud o seguridad.

En su lugar, la conservación, el mantenimiento y la modernización de autopistas son financiadas a través de los propios ingresos generados por la operación de la vía concesionada. Este concepto, conocido como automantenimiento, es clave para garantizar la calidad, continuidad y seguridad del servicio a largo plazo, sin generar presiones el gasto público. Este mismo esquema fue utilizado, recurrentemente durante la administración anterior, para generar recursos que permitieran al gobierno destinar fondos a la conservación y mantenimiento de la red libre.

Es decir, las inversiones mixtas o APP ofrecen una forma distinta de administrar los recursos, al aprovechar la inversión privada para cubrir no solo la construcción, sino también el mantenimiento especializado y constante que requieren las obras de alto desempeño, reduciendo así la necesidad de asignaciones recurrentes por parte del gobierno. Al financiarse con los ingresos derivados del propio uso de la vialidad, este modelo crea un ecosistema transparente que se mantiene activo sin comprometer recursos públicos adicionales.

Sobran casos de cómo este modelo ha sido exitoso en los niveles federal y estatal; particularmente, en el Estado de México es posible destacar vías de gran relevancia logística para la zona centro de nuestro país, tal es el caso de las autopistas Naucalpan-Ecatepec, el Libramiento de Toluca, Peñón-Texcoco, Lerma-Santiago y Toluca-Naucalpan.

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Resalta también la autopista Atizapán–Atlacomulco (AT-AT), corredor en construcción que ha sido identificado como prioritario por los gobiernos de la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Delfina Gómez. Su relevancia es doble: por un lado, conectará de manera directa y eficiente el norte y poniente del Estado de México, facilitando el acceso a polos logísticos y productivos; por otro, servirá como eslabón clave dentro de los programas nacionales de conectividad y desarrollo regional.

Los mecanismos de inversión mixta no sólo financian obras, construyen capacidades estatales, promueven inversión privada de largo plazo y activan cadenas productivas locales. En un contexto en el que los presupuestos públicos son insuficientes frente a la creciente demanda de servicios, esta fórmula se vuelve aún más valiosa.

En AMCIV, sostenemos que el éxito de este instrumento no se mide únicamente en el retorno financiero, sino en su impacto territorial, social y económico. La infraestructura generada bajo este modelo fomenta la movilidad, mejora la calidad de vida, reduce brechas y fortalece la competitividad de los estados.

Para que estas ventajas se mantengan y escalen, es indispensable que las concesiones se sustenten en pilares firmes:

El usuario al centro: priorizar seguridad, tecnología y calidad en el servicio.

Certeza jurídica y vigilancia: un marco legal sólido que garantice cumplimiento normativo y confianza al inversionista.

Seguridad vial compartida: colaboración estrecha entre concesionarios y autoridades para mantener autopistas seguras.

Responsabilidad social: ir más allá de lo técnico e impulsar programas de desarrollo para comunidades aledañas.

En el caso del Estado de México, por su tamaño, complejidad y dinamismo, la entidad cuenta con condiciones inigualables para consolidarse como referente nacional en la implementación responsable e inteligente de las inversiones mixtas. En AMCIV seguiremos impulsando un diálogo técnico, abierto y responsable, convencidos de que una infraestructura bien estructurada y sostenible es la base del progreso de cualquier sociedad.